🔥 Desde Cuenca, con orgasmos

Que no se nos olvide: la sexualidad es una necesidad básica. No lo decimos nosotros porque estemos especialmente salidos —no tengo pruebas, pero tampoco dudas… dirían…—, lo dice Maslow, en su pirámide, bien colocadita junto al aire, el agua y el Wi-Fi (bueee, el WIFI no, pero lo incluiríamos). Y la OMS no se queda atrás: el placer forma parte del bienestar. Así que, si alguna vez te han hecho sentir mal por querer disfrutar... estás en el sitio correcto. Aquí lo reivindicamos. Con mayúsculas, con lubricante y con muchas ganas. Y DE FRENTE. La Trastienda nace en Cuenca. Sí, en Cuenca. La misma Cuenca del “poner mirando pa’ Cuenca”, esa frase que llevan años usando entre risitas nerviosas y susurros picantes. Pues bien: ya que miráis, mirad bien. Porque hemos montado esta fiesta justo en el epicentro. Desde aquí, gritamos que el deseo no es sucio, ni feo, ni pecado. Es humano. Es natural. Es placer. Este no es un sex shop al uso. Es un espacio para la libertad. Aquí no hay vergüenza, solo curiosidad. Aquí no hay “esto es normal” y “esto no”, porque el amor no tiene género, ni instrucciones, ni horarios. No tiene reglas, cada uno se monta la estructura a su gusto. No tiene límites, a veces sí palabras de seguridad. Puedes venir a mirar, a tocar, a preguntar. Puedes pedir por WhatsApp, recogerlo en nuestras taquillas o en la máquina vending, y seguir con tu vida. Y si no sabes qué necesitas, te lo explicamos sin tabúes, con humor y sin que te suba el color. O sí, pero por lo bueno. Aquí no vendemos solo juguetes. Vendemos permiso. Para sentir, para disfrutar, para descubrirte sin culpa. Porque en esta trastienda no se esconden secretos: se liberan deseos. ¿Que qué somos? Somos el rincón más valiente de una lavandería. El lugar donde los cuerpos se encuentran y los juicios se quedan fuera. Somos Cuenca con orgasmos. Sin disculpas. Sin pudor. Sin miedo. Y como siempre: fin filtros.

B.

6/4/20251 min leer

Deseo, Placer, Libertad